Saturday bloody saturday
Brillando tu diamante reluciente de reflejos malvas, turquesas, sobre un mar azul, un cielo anaranjado, cual faluca de madera, cuyo mástil mecánico gobierna velas ondeantes al viento que sopla más fuerte.
Brillando te acercas, deslumbrándome en mi orilla, cegado a tientas ando y me sumerjo y me voy hundiendo a cada paso.
Entonces tu diamante reluciente se va difuminando y ¡de repente! ya se ha apagado, mis movimientos son pesados y torpes, la gente me mira y cuchichea, pero las luces del techo prosiguen en su loca procesion, una vibración in crescendo me va ensordeciendo con su ruido, el gigante oscuro sigue vibrando incluso en su caida ante mi ataque fortuito, la gente hace un corro y me rodea junto a mi presa, alguien grita algo incomprensible entre todo aquel jaleo, solo quiero despertarme en mi cama y olvidame de aquellas caras deformes, esas repetitivas y machaconas canciones mezcladas con un sabor a ron de garrafón y humeantes colillas mal apagadas.
Vuelo, o al menos mis pies no tocan el suelo y me muevo. No puedo abrir los ojos y apenas puedo hablar, pero ya oigo, solo hay alguien conmigo y lanza improperios e insultos varios mientras me zarandea y me lanza al suelo.
Horas más tarde me despierto en una cama desconocida.
No se ni cuando, ni porque llegue aquí, y por supuesto tampoco se cómo, pero ahora el mundo se parece al mundo tal y como lo recordaba antes de anoche... supongo que no estaré lejos de mi casa y que sea quien sea el alma caritativa que me haya acogido en su lecho me llevará a ella si se lo propongo, no obstante voy al cuarto de baño de donde oigo ruidos inequívocos, un hombre de unos 50 años tira de bragueta al blanco y en estas salgo corriendo de la casa medio desnudo.
"hermano donde está Cloud?"- "Cloud? quien es Cloud? - no traigas más chicos a casa, hermana!"


0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home