Pienso... luego existo
A veces cuando me quedo solo y en silencio me acuerdo de pensar. No siempre, pero a veces me gusta apagar la luz, sentarme tratando de imitar la posicion del loto (aun me falta algo de elasticidad) y cerrar los ojos.
Casi como si alguien hubiera encendido un proyector en mi cabeza, las imágenes se suceden automaticamente en ella. En ocasiones son imagenes de cosas que me han sucedido ese dia.
Otras veces recuerdo anécdotas con algún ser querido. Otras (las que menos) trato de ordenar mis ideas y de trazar el siguiente paso a seguir para conseguir mis sueños. Es una sensación extraña, pues parece que el ajetreo diario nos niega ese don que posee la raza humana.
Es como si cuando hiciera esto... se abriera una especie de paréntesis, (como en los anuncios de kit kat) que me aislara temporalmente del mundo en el que cuesta tanto no hacer las cosas por inercia o de memoria, casi como un automata. A veces pienso que cada vez hay un poco más de automata y un poco menos de mi mismo, y es entonces cuando trato de sorprenderme a mi mismo haciendo algo inusualo inesperado, disfruto con la reaccion de la gente y lo archivo en mis recuerdos y me digo, ¿porque no hago esto más a menudo? cuando lo recuerdo más tarde. ¿Porqué no vivir sorprendiéndome a mi mismo cada dia?
Es tan fácil hacerlo... y tan gratificante, al menos de vez en cuando... me gusta pensar.