Palabras ordenadas con algún fin más o menos indefinido (o lo que vienen a ser mis sirocos de juventud)

jueves, enero 12, 2006

El rey... ¿loco?

-Y no me basta la piel, no me basta el alma ¡dejad de suspirar!
No merezco un solo aliento de afecto de ninguna de vosotras, tontas, tontas y amargas.- Se levantó y caminó hasta el centro de la sala, donde todas lo observaban, pasmadas.
-Miradme.- dijo despojándose de su toga -Este maltrecho cuerpo azotado por las circunstancias y los elementos ¿acaso merece ser venerado? ¡este corazón!- Y se golpeó fuerte el pecho -¡Negro de maldecir a vuestro dios! ¿acaso merece ser amado?. Idos de mi palacio, que no es el vuestro, no volvais y pregonad la nueva, no merezco ni deseo compañía alguna. En adelante viviré solo, y solo me verá quien me procure mis reales servicios.- Las doncellas se levantaron de sus almohadones y salieron en fila cuchicheando entre ellas levemente.
-No debo confiar en nadie, por ello es mejor que no me vea nadie. Me tomarán por loco, pero será por poco tiempo, pronto nada de esto importará. Pronto todo el reino se postrará ante mi.- Y el hombrecillo recogió del suelo sus vestiduras y adoptando una pose regia, se envolvió de nuevo y abondonó tambien la sala.