Hoy, día de reyes me he puesto manos a la obra para ordenar mi mini-cuarto con el fin de dejar hueco para el acuario que tengo que recojer mañana. La idea era quitar la estantería y meter la caja con los "jueves" en el armario empotrado de al lado y dejar esa pared libre. Pero al abrir el armario que llevaba tanto tiempo cerrado me he encontrado con una especie de "baul de los recuerdos" con forma de caja de cartón llena de viejos juguetes de mis hermanos y mios.
Se ha asomado a mi cara una sonrisa llena de emoción cuando me he recordado volando aquellas cometas tan y tan altas (le añadíamos más hilo al cordel) casi no las veíamos de lo pequeñas que se veían. Las subiamos a la granja en las tardes con viento de primavera, junto con mis hermanos y mi madre, que llevaba siempre una bolsa con bocadillos.
Después he sacado unos juegos reunidos en el que pasabamos más tiempo cambiando de juego que jugando y por último, en el fondo de la caja, mis dinosaurios de goma. Estaban todos, los velociraptores, los diplodocus, el triceratops, el clamidosaurio, Chico Jr y Chico, un coloso de 35 cm con forma de godzilla (Chico Jr es un tiranosaurus rex de 25 cm). Despues he llamado a mi madre, y le he enseñado mi tesoro, ella me ha sonreido y me ha dicho "claro que tienes tantos, si cada vez que íbamos al Ambulatorio del Carmen te compraba uno en el puesto de bichos de goma de la puerta" Entonces me he recordado saliendo casi cojeando de dolor por el pinchazo de Urbasón (el que lo haya probado sabrá que no exagero, duele MUCHO) y antes de abrir la puerda del sanatorio para bajar las escaleras que daban a la calle empezar a decir "mama, comprame un bicho de goma, venga por favor mami, comprame uno - no que ya tienes muchos - Pero es que ese no lo tengo y miralo que bonito es venga por favor mami..."
Siempre me compraba uno, y tengo tantos... Supongo que era lo único bueno de estar enfermo casi todos los años de mi infancia, eso y estos recuerdos que me han quedado, y que he revivido a modo de regalo de reyes este 6 de enero de 2005. Gracias Baltasar!